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Recientemente he acudido a una exposición temporal en el Museo Picasso de Barcelona.

Esta exposición de grabados se desarrolla en dos únicas salas.Un recorrido -diríamos en español- pequeño, pero matón.

Comparto algunas imágenes que recogen rasgos muy particulares de la firma de Picasso.

 

1.- El tipo de cohesión homogénea y espontánea entre los elementos que conforma la consonante P.

En la firma, en primer lugar se ejecuta el elemento anguloso y a continuación el trazado asciende para ejecutar la zona de hampas.

Este trazado apenas es perceptible y deja entrever un HILO EN EL ESPACIO,  es decir, el lápiz apenas roza la superficie del papel y por tanto el entintamiento es muy débil.

2.- El trazado dinámico y simplificado de la zona media de la escritura; la secuencia CAS se limita a un elemento semicurvo salpicado con una línea que representa la letra A.

 

3. Un particularismo gráfico curioso: una espiral que aparece en la P y la O de la palabra «Pour» y en la consonante del apellido . Una espiral que resulta un divertimento, y al mismo tiempo, un particularismo gráfico.

4.- Y finalmente, un ejemplo claro de la importancia de la limpieza del soporte.

Verán en la siguiente imagen unas zonas enmarcadas en color azul: no son rastros de lápiz, sino son restos de fibra del papel por levantamiento.

 

Sucede que si esta suciedad se sitúa en la trayectoria de la firma, posiblemente esa rareza suscite dudas acerca de la fiabilidad de la firma.

Y no es que la firma sea falsa, sino que requiere una limpieza.

Y esto me evoca alquel día que  nos enseñaron la imagen de un cuadro de Monet. Sin entrar a valorar la calidad de los nenúfares, me fijé en su firma distorsionada, rara y anómala.

De entrada, parecía no coherente con la firma auténtica del pintor, sin embargo, esas sospechas se disiparon con una sencilla limpieza con una brocha limpia.