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La prensa de ayer, 16 de junio, recogía una entrevista con Joaquín Valls, https://www.lavanguardia.com/vivo/20190616/462833475597/entrevista-joaquim-valls-manual-mente-coaching-neurocaligrafico.HTML.

En el artículo recoge los nueve hábitos que se pueden corregir con su método y que solo requiere de un entrenamiento de 15 minutos diarios durante nueve meses. Y esos hábitos son: autoconcepto, optimismo, perseverancia, gestión de las emociones, extraversión, empatía, proactividad, paciencia y gratitud.

La idea es sencilla: modifica rasgos concretos de tu escritura y mejorarás un aspecto concreto de tu personalidad. Esta premisa, aparentemente tan sencilla, se sustenta en principios neurolingüísticos.

Los grafólogos no tenemos una varita mágica, pero podemos facilitar mecanismos para orientar el inconsciente que es el que maneja el 90% de nuestras decisiones y comportamientos -según Valls-.

La escritura manual es una actividad neurológicamente muy compleja, porque aunque requiere unos años de aprendizaje, una vez alcanzado el dominio escritural, se convierte en una actividad automática que tan solo requiere una atención inicial.

Valls apunta a corregir la barra de la «t» para disminuir esa tiranía tan propia de los niños actuales y al mismo tiempo esa tendencia al abandono porque no hay coherencia entre el querer y el poder/hacer; invita a ascender ligeramente la línea de base para aumentar el optimismo; sugiere eliminar el rabillo de la «o» para evitar esos cerrojillos, tan propios de personas que dan vueltas a las cosas -rasgo muy habitual y preocupante en chicas jóvenes!-, etc.

Sería interesante que los colegios aplicaran medidas preventivas de casos de bullying, trastornos de alimentación, fracaso escolar, baja autoestima, complejos, sentimientos de inferioridad y dificultad de integración en el grupo, porque  estos rasgos  pueden detectarse fácilmente en la escritura.