A veces queremos escribir una palabra y acabamos escribiendo otra, con algún cambio de letra o accidente escritural, sin que haya causas relacionadas con dificultades en el aprendizaje como la dislexia o la disgrafía.
Estos lapsus calami se pueden deber a: faltas de atención, fatiga, velocidad escritural, el teclado defectuoso, urgencia, errores en la transcripción, confusión entre palabras homófonas etc.
Existe una causa muy frecuente pero actúa de forma muy sutil: interferencia cognitiva que se produce porque a veces otras palabras o pensamientos que están en la mente pueden interferir con lo que se está escribiendo, llevando a errores.
Esta irrupción cognitiva puede responder a causas emocionales, desde la euforia, la excitación, el enojo o la tristeza; y es que las emociones tienen un impacto significativo en la concentración, la claridad mental y la precisión en la escritura.
Veamos algunas de ellas:
- Estrés: puede dificultar la concentración y llevar a errores por distracción o falta de atención al detalle.
- Ansiedad: puede causar nerviosismo y apresuramiento, lo que aumenta la probabilidad de cometer errores.
- Enojo o frustración: pueden llevar a una escritura apresurada y menos cuidadosa.
- Tristeza o depresión: pueden disminuir la motivación y la energía, afectando la capacidad de revisar y corregir errores de manera efectiva.
- Fatiga emocional: sentirse emocionalmente agotado puede afectar la capacidad de concentración y aumentar la probabilidad de errores.
- Inseguridad o baja Autoestima: sentimientos de inseguridad pueden llevar a la duda y a la autocorrección excesiva, lo que -contrariamente a lo esperado- provoca más errores.
Sin embargo, los lapsus calami pueden deberse a mecanismos psicológicos más profundos.
En el caso que mencionamos ahora, un grafitero intenta escribir unas pocas palabras malsonantes o insultantes, pero comete un error debido a un conflicto interno o a la censura inconsciente.
Aquí hay algunas explicaciones posibles: