Seleccionar página

A veces queremos escribir una palabra y acabamos escribiendo otra, con algún cambio de letra o accidente escritural, sin que haya causas relacionadas con dificultades en el aprendizaje como la dislexia o la disgrafía.

Estos lapsus calami se pueden deber a: faltas de atención, fatiga, velocidad escritural, el teclado defectuoso, urgencia, errores en la transcripción, confusión entre palabras homófonas etc.

Existe una causa muy frecuente pero actúa de forma muy sutil: interferencia cognitiva que se produce porque a veces otras palabras o pensamientos que están en la mente pueden interferir con lo que se está escribiendo, llevando a errores.

Esta irrupción cognitiva puede responder a causas emocionales, desde la euforia, la excitación, el enojo o la tristeza; y es que las emociones tienen un impacto significativo en la concentración, la claridad mental y la precisión en la escritura.

Veamos algunas de ellas:

  1. Estrés:  puede dificultar la concentración y llevar a errores por distracción o falta de atención al detalle.
  2. Ansiedad: puede causar nerviosismo y apresuramiento, lo que aumenta la probabilidad de cometer errores.
  3. Enojo o frustración:  pueden llevar a una escritura apresurada y menos cuidadosa.
  4. Tristeza o depresión:  pueden disminuir la motivación y la energía, afectando la capacidad de revisar y corregir errores de manera efectiva.
  5. Fatiga emocional: sentirse emocionalmente agotado puede afectar la capacidad de concentración y aumentar la probabilidad de errores.
  6. Inseguridad o baja Autoestima: sentimientos de inseguridad pueden llevar a la duda y a la autocorrección excesiva, lo que  -contrariamente a lo esperado- provoca más errores.

 

Sin embargo, los lapsus calami pueden deberse a mecanismos psicológicos más profundos.

En el caso que mencionamos ahora, un grafitero  intenta escribir unas pocas palabras malsonantes o insultantes, pero comete un error debido a un conflicto interno o a la censura inconsciente.

Aquí hay algunas explicaciones posibles:

 

  1. Autocensura inconsciente: la persona puede tener un conflicto interno entre su deseo de expresar palabras malsonantes y las normas sociales o morales que ha internalizado. Esto puede llevar a que su mente inconscientemente altere las palabras para evitar la confrontación directa con estos conflictos.
  2. Represión: según la teoría psicoanalítica, ciertos deseos o pensamientos inaceptables pueden ser reprimidos por la mente consciente. Cuando estos pensamientos intentan aflorar, pueden manifestarse de manera distorsionada, como en el lapsus calami.
  3. Ansiedad o vergüenza: la ansiedad o vergüenza asociada con escribir algo ofensivo puede llevar a errores como una forma de evitar la culpabilidad o la crítica.
  4. Mecanismos de defensa: la mente utiliza varios mecanismos de defensa para protegerse de pensamientos o sentimientos incómodos. Un lapsus calami puede ser una forma de desplazar o sublimar esos pensamientos.
  5. Conflicto interno: si una persona está en conflicto interno sobre lo que está escribiendo, este conflicto puede manifestarse como errores en la escritura. Esto es una forma de evitar la completa expresión de pensamientos que pueden ser perturbadores o inaceptables para ellos.
En el caso de este grafiti, en el que la grafitera se dirigía a una persona concreta, la frase estampada era «Zámpame la roia».
Pero en esta palabra, que refiere al miembro viril,  como puede intuirse en el lugar de una letra P, escribe una letra R y sustituye la sílaba «lla»  con una sílaba «ia» donde la vocal i actúa como semiconsonante.
Y creo que aquí sí se produjo una injerencia del inconsciente porque conocí a su autora, Claudia, que recibió una profunda formación en valores humanistas y cristianos.