La letra con sangre entra…esta premisa -ya en desuso- revela que hay temas difíciles de aprender. Y este es el caso de la teoría de Jung aplicada a la grafología. No es sólo saber si predomina la extraversión o la introversión como una manera de entender y afrontar la realidad, sino saber qué matices pueden decantar la balanza.:
Y aquí entran en juego las funciones: dos racionales: pensamiento y sentimiento y dos irracionales: sensación e intuición.
Vayamos por pasos. primero hay que ver si predomina la extraversión o la introversión que nada tienen que ver con la simpatía ni el don de gentes.
¿Qué significa extraversión?
Necesidad de contactar con lo de fuera activa o pasivamente.
Priva la objetividad en el juicio.
Conducta basada en la realidad.
No profundiza en su mundo interior.
Pensamiento conforme a las ideas reinantes.
Detectamos la extraversión en el trazo pastoso.
¿Y la introversión como elaboración intelectual?
El mundo interior es suficiente y rico.
Juicio personal y subjetivo.
Cierta dificultad para adaptarse.
Repliegue ante las dificultades.
Detectamos la introversión en el trazo neto.
Las funciones se detectan en la escritura si aparecen los siguientes síndromes gráficos:
La sensación: pastosidad, grande, inclinada, gruesa, movida, y guirnalda.
La intuición: rítmica, matizada, fina, aireada, desligada, ligera, combinada.
El pensamiento: pequeña, matizada, sobria, ligada, ordenada, aireada, clara, progresiva, agrupada, tipográfica.
El sentimiento: grande, extendida, dilatada, inclinada, guirnalda, aterciopelada, curva.
LA SENSACIÓN NOS REVELA QUE ALGO EXISTE.
EL PENSAMIENTO NOS DICE LO QUE ES.
El SENTIMIENTO NOS DICE SI ES AGRADABLE O NO.
LA INTUICIÓN NOS REVELA DE DÓNDE VIENE Y ADÓNDE VA.