Las ETT simplifican el proceso de selección, abaratan costes empresariales y habitualmente resuelven con inmediatez las necesidades de contratación en logística, producción y hostelería, centrándose en perfiles laborales que requieren competencias manuales y experiencia en trabajos automatizados.
De hecho, gran parte de los contratos de obra y de servicio que cubren estas ETT tienen un carácter estacional, ocasional, eventual o de prácticas y formación para el aprendizaje.
Sin embargo, debido a la rapidez y al automatismo con el que se realizan estas selecciones, se corre el riesgo de que se contrate algún candidato con alguna peculiaridad del carácter que en una breve entrevista no puede esclarecerse.
Este candidato, aunque trabaje por un tiempo determinado, no acaba de solucionar la punta de trabajo del empresario que ha acudido a una ETT, porque por un motivo o por otro, no ha encajado en el equipo o no ha cumplido con las expectativas.
La grafología sale al paso y puede evitar estas situaciones conflictivas ya que es una técnica económica, eficaz y fiable, y sólo requiere la implicación del candidato para escribir y firmar a mano una carta de motivación.
El grafólogo puede hacer una criba rápida entre muchos candidatos y puede esquematizar sus resultados en una tabla comparativa, fácil de interpretar.
Para un perfil de telemarketing se valorarían de 0 a 3 unas cualidades específicas: tenacidad, autonomía, responsabilidad, negociación, control y expansión.
Y para un perfil administrativo se tendría en cuenta el nivel de eficacia, autonomía, responsabilidad, visión global, flexibilidad, trabajo en equipo y previsión.
Quizás la criba no sea la metodología que más apreciemos los grafólogos, porque no podemos ofrecer un servicio completo, pero sí es el más adecuado cuando se manejan muchas candidaturas en poco tiempo, ya sea por la urgencia o porque la selección -de cualquier tipo- se realiza en una feria o encuentro empresarial.