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Da igual el estado de conservación, su situación administrativa, su antigüedad.

Estos papelitos siguen apareciendo en los parabrisas de los coches. Un tipo de publicidad que no encaja con el márquetin actual de redes sociales.

Pero quizás sea más efectiva.

Llegas al coche y te encuentras el papel.

Te molesta porque tienes que accionar el limpiaparabrisas y si ha llovido, el papelito se convierte en adhesivo.

Sin embargo, este modo de publicitar puede sugerir proximidad e interés real por tu coche. Alguien se ha tomado la molestia de ir colocando papelitos.

Pero ¿qué dice exactamente?  O, mejor dicho, ¿Quién te lo ha dejado?

Se supone que en un caso un tal Andrés y en el otro, un Fernando, que añadiendo el tratamiento de Sr. le confiere un aire más serio, profesional y respetuoso.

Pero a pesar de que la misiva referencia a un individuo (Andrés y Fernando) se emplea el plural: “le recogemos, resolvemos, llámenos” (incluyendo dos números de teléfono); y “compramos, resolvemos”.

A esta estrategia de comunicación se le denomina o bien plural mayestático o bien argumento de autoridad

El argumento de autoridad

Se emplea en diferentes contextos para crear una sensación de consenso, colectividad o autoridad compartida.

Cuando se utiliza «nosotros» o «nuestro», el hablante pretende incluir a su audiencia o referirse a un grupo de expertos, lo cual puede reforzar la validez de su argumento o aumentar su credibilidad. Esta estrategia se ve, por ejemplo, en textos científicos, documentos académicos o discursos políticos.

Al usar el plural, el autor o el orador da a entender que lo que se presenta no es solo su opinión personal, sino el resultado de un trabajo colectivo, un consenso entre expertos o un conocimiento compartido.

Ayuda a legitimar la posición del hablante y persuadir a la audiencia de que lo dicho tiene un respaldo más amplio.

 

El plural mayestático

Confiere al texto omnisciencia, distancia y solemnidad.

Denota un narrador omnisciente.

Revela una entidad colectiva lo que le permite hablar al narrador en nombre de algo más grande que él.

Si se emplea para relatar situaciones triviales encontes el tono grandilocuente es irónico y distante.

 

Sin embargo, en el caso que presento (o «presentamos» ¿?) al tratarse de una táctica de publicidad para atraer la atención de posibles vendedores, opto («optamos» ¿?) por la primera opción, porque el hablante pretende incluir a su audiencia y referirse a un grupo de profesionales, lo cual aumenta su credibilidad y refuerza la imagen de competencia, eficiencia y garantía.