Una agresión es siempre una agresión y para valorarla no sirven ni matices lingüísticos, ni oportunismos políticos, ni mucho menos intereses mediáticos, porque la agresión es una “Acción violenta que realiza una persona con la intención de causar un daño a otra”.
El grado de agresividad de la acción, la intencionalidad del sujeto y la vulnerabilidad de la víctima son algunas de las variables a la hora de valorar una agresión.
HAZELWOOD sostiene que, analizando la conducta del delincuente, se puede valorar el propósito de la agresión, elaborar el modus operandi y el perfil criminológico del autor de un acto criminal -entendiendo criminal en su acepción más general-.
En un análisis de lingüística forense cuyo objeto es la determinación o no del uso de la violencia o agresividad verbal en una conversación de WhatsApp, se puede analizar si el agresor ha empleado técnicas pseudogenerosas o egoístas.
Veamos las diferencias:
Características de un sujeto pseudo-generoso:
- Conducta alentadora, elogiadora y tranquilizadora hacia la víctima
- Despectivo consigo mismo
- Ego constructivo (busca que la víctima le apoye y demanda autoestima)
- Preocupado por el bienestar de la víctima
- Conversaciones personales
- No blasfemo
- Inquisitivo
- Se disculpa con palabrería
- Intención: implicar a la víctima y comprometerse con ella
Características de un sujeto egoísta
- Verbalmente autocomplaciente
- Su deseo de placer está por encima de todo lo demás
- Conducta ofensiva, abusiva y amenazadora
- Términos blasfemos, despectivos y obscenos
- Palabrería impersonal y de orientación sexual
- Exigente
- Egoísta
- Intención: degradar, ridiculizar, amedrentar, someter u obligar a la víctima.
Así de entrada, podríamos decir que el primero -el pseudogeneroso- es un tipo/tipa majo/maja.
Sin embargo, cuando el profesor refiere a este tipo de individuos sigue hablando de agresor, porque en el lenguaje la manipulación puede ser muy etérea, y lo que empieza aparentemente bien, en un crescendo de manipulación y sutileza, acaba fatal, porque el agresor consigue dominar y someter a la víctima de forma pasiva.
Emplear estos perfiles a la hora de analizar una conversación de Whatsapp nos puede alertar no sólo sobre el grado de agresividad verbal sino también sobre la posible variación del sujeto en el uso de términos y formas lingüísticas y por tanto sobre la evolución de sus estrategias comunicativas.