Detesto aburrirme, y hoy es uno de esos días veraniegos en los que el calor aprieta especialmente por la noche.
Cojo el móvil. Soy poco amiga de Instagram y Youtube, básicamente porque me enredo y como cual adolescente entro en la vorágine de videos inútiles.
Prefiero sumergirme en las webs en busca de firmas . Y me he topado con esta que estampa un dibujo a lápiz de un perfil de mujer picassiano en la forma, pero no en el fondo.
¿Por qué distingo entre forma y fondo?
Porque copiar, lo hacemos todos, pero crear, eso está reservado para quienes las musas le conceden ese don.
Mírate la firma, lector, con la pausa que sólo da el verano.
Resigue su trazado con tu dedo y detente donde el trazo pierde intensidad y comprobarás que el trazo no se debilita ni se para, si no que matiene una trayectoria constante y controlada.
La posición del útil es rígida hasta tal punto que provoca una rebaba.
El orden de los elementos es anómalo porque mantiene un hilo en el espacio descendente entre el punto y la vocal, y no al revés.
Por último, te invito a comprobar la tensión escritural al final de la trayectoria con un gesto regresivo.
El verano y las noches insomnes permiten descubrir tesoritos, qué bueno!