Trastorno obsesivo y escritura.
Hace ya unos tres años falleció un cliente de una afección cardíaca. Todo fue muy rápido, pero él tenía una angustia desde hacía mucho tiempo. La descubrí el día en que me envió la documentación por correo desde Costa Rica.
La imagen que acompaña a este post es el sobre que contenía una felicitación de Navidad, no fallaba ningún año desde el 2008, era un hombre muy detallista y también muy sufridor.
Lo que me llamó la atención en su escritura es ese puntito entre las palabras.
Un puntito que también incluía en sus emails y documentos.
Un puntito que era inevitable no hacerlo, necesitaba hacerlo.
Cuando hablábamos por teléfono, las conversaciones se alargaban por esa necesidad suya de explicar todo el expediente desde el principio, recordando todo el procedimiento y si yo le interrumpía volvía a comenzar.
Un hombre extraordinario que convivió con una personalidad de tendencia obsesiva que lamentablemente lo alejaba de la realidad. Cuando falleció supe que había suplantado la personalidad de otra persona. Quizás por una huida hacia delante para negar su propia existencia. En su momento pequé de ingenua, y se fue debiéndome los honorarios. Pero me ayudó a entender este tipo de personalidades.
En grafopatología existen unos ítems para detectar este tipo de personalidades; he aquí algunos ítems que se producen en un entorno de rigidez y tensión.
- Forma: bien formada, en arco y con automatismos, cerrada, monótona, rasgos iniciales, guiones o puntos entre palabras.
- Tamaño: pequeño.
- Trazo: apoyado,pastoso, negro.
- Ritmo: monótono, sin fluidez.
- Espacio: convencional, respetuoso, claro, denso.
- Dirección: rigidez en la línea de base.
- Velocidad: regular, lenta, pausada.
- Inclinación: vertical.
- Movimiento: inmóvil, bloqueado.
Este tipo de escritura se relaciona con el Superyo freudiano, un superyo rígido y tiránico que convierte el sujeto en un juez intransigente que no tolera el más mínimo error.
Y ¿qué rasgos pueden configurar una personalidad con una tendencia obsesiva?
El sujeto con trastorno obsesivo es aprensivo, convencional, conformista, le gusta lo preciso, respeta las reglas, es prudente, parsimonioso, ordenado, conservador, correcto y educado; muestra un deseo de ejemplaridad y dignidad para evitar la crítica; es intransigente con un pensamiento sistematizado y con riesgo de depresión si no llega a sus metas.
A nivel de actividad privilegia el pensamiento sobre la acción, lo previsto sobre lo imprevisto, lo permanente sobre lo accidental, lo racional sobre lo emocional y repetir las cosas le da seguridad; es un especialista y en el equipo es más difícil porque es muy exigente y tiene mucho sentido del deber.
Pero como siempre no hay enfermedades sino enfermos.
Y una personalidad así, si bien es difícil en un equipo, es muy válido para trabajos que requieran precisión, control y constancia.