Esta pregunta se la plantean los profesores diariamente; parece que cada vez los niños adoptan posturas más complicadas e incómodas para coger el lápiz. Y una vez que se han acostumbrado, luego, ese hábito es muy difícil de erradicar.
Y para coger el lápiz de esta manera y ver lo que escriben, deben ladear excesivamente la cabeza y por tanto no respetan esos 30cm de distancia óptima entre la mesa y la cabeza; otros se inclinan sobre la mesa apoyando el torso, otros se sientan sobre la pierna para estar más elevados….
Les resulta difícil colocar los dedos debidamente y dirigir los músculos distales.
Aquí está la clave: el niño no ha aprendido a hacer bien la pinza y a utilizar los músculos de los dedos para escribir; tampoco mueve correctamente la muñeca porque permanece rígida. El niño mueve brazo y hombro para escribir.
¿Qué está pasando?
Sencillamente el niño para lograr el movimiento de la escritura utiliza los músculos proximales del brazo en lugar de los distales de los dedos.
Y ¿Por qué?
Porque en la etapa infantil los maestros/dirección se han empeñado a que el niño se siente en una mesa, coja un lápiz y escriba su nombre.
Craso error.
Vayamos por pasos: el niño a los 15 meses empieza a desarrollar los movimientos del hombro y necesita dibujar en espacios grandes para que ese hombro se mueva con soltura.
A los 3 años el niño puede iniciar con esos músculos proximales el trazado EPICICLOIDE, es decir aquel que permite mover la mano alrededor de la muñeca lo que facilita la escritura en mayúscula.
Y nada más.
A medida que el niño va reforzando la musculatura y va ganando en grafomotricidad, va siendo capaz de hacer la pinza y escribir.
Es decir, primero tiene que asegurar los movimientos grandes, para luego ejecutar los pequeños.
De ahí que a los 5-6 años el trazado del niño siga siendo con trazos rectos partidos, trazos arqueados, curvas angulosas o mal cerradas, dimensiones irregulares.
Esto es lo normal.
Por favor, no obliguemos a un niño de etapa infantil a escribir nada: aseguremos primero que su desarrollo motor sea el correcto y adecuado a su edad.
Hola.
Estoy de acuerdo. Es una cuestión de educación ya que aprender es copiar, repetir lo que nos dicen nuestros educadores en casa o en el colegio. No es sólo el conocimiento de los educadores, es también su paciencia y sus estándares. Si los niños no cogen bien el lápiz es porque a los educadores no les importa.
Antiguamente se aprendía a escribir con caligrafía. Hoy en día no sé qué hacen. La letra es más de ‘imprenta’, sin unir las letras. El instrumento es un bolígrafo, cuando antiguamente solía ser una pluma.
En poco tiempo, los alumnos ya no necesitan bolígrafo porque usan un teclado. Así que los días del lápiz y el bolígrafo están contados.
La verdad es que poco importa como se haga, si se escribe legible y correctamente.
Antiguamente, el profesor de piano ponía una moneda en la parte superior de la mano del alumno mientras éste ejecutaba la pieza. Si se caía la moneda el profesor reprendía al alumno. Los pianistas de jazz ponen las manos como quieren, y tocan muy bien.
A mí personalmente me produce grima ver como cogen el boli los niños, y los adultos de generaciones posteriores a la mía. No sé qué están haciendo.
Saludos.
Buenos días, Manolo: tienes toda la razón; te explico el caso de esta semana: unos profesores de primero de la ESO se quejaban de que no se entendía la redacción de un alumno: todas las letras y las palabras están tan pegadas que apenas es legible la escritura. Cuando me reuní con el niño, me percaté de lo que dices: cogía tan mal el bolígrafo que la muñeca tomaba un ángulo tan marcado que el niño no veía su propia letra. Le hice una foto a su mano y le pregunté: ¿qué ves? -la mano, contestó; insití: ¿ves tu escritura?, -no, respondió. Desplacé su muñeca, recoloqué sus dedos y voilà!: el niño conseguía ver su letra y empezó a escribir manteniendo las distancias de dos óvalos entre palabras y medio entre letras. Tan sencillo como esto.