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¿HABLAMOS DE RANAS O DE SAPOS?

Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando…dice el refranero popular y es que nunca he sabido distinguir entre una rana y un sapo, hasta que me explicaron las diferencias entre la piel, el tipo de veneno, el hábitat, las patas…

Sin embargo hablar de un anfibio en un cuento no resulta nada original: sapos convertidos en príncipes y ranas en hermosas jóvenes, son temas recurrentes en el imaginario infantil y difícilmente son protegibles.

Veamos la casuística del análisis del tema en un caso de plagio literario, qué vamos a tener en cuenta:

1.En literatura los temas de carácter general no pueden ser exclusivos de un escritor y por tanto su coincidencia no puede ser considerada como un plagio.

2.El perito cuando analiza un tema concreto, debe considerar cómo y cuántas veces aparece en una obra y por tanto si:

  • es un tema esencial/transversal de toda la obra
  • es un tema anecdótico de un capítulo
  • es un tema importante porque cambia la trayectoria/decisión de un personaje
  • es un tema circunstancial que altera una situación contingente.

 

3.El perito puede valorar el planteamiento del escritor o cómo un protagonista se enfrenta a una circunstancia, por ejemplo con optimismo, melancolía, tristeza, enfado, ira, aceptación, rebeldía, resiliencia etc.

4.No son exclusivos de un autor temas generales, por ejemplo: pobreza, violación, pérdida de trabajo, tipos de violencia, el respeto a una persona mayor, mirarse al espejo, juegos infantiles o recetas de cocina.

5.Según el subgénero literario, existen temas coincidentes y por tanto no se pueden atribuir a un único escritor, por ejemplo en la novela policíaca la descripción de una actuación policial o cómo es un procedimiento penal eso no es protegible.

Pero hay que tener en cuenta que más allá de los clichés del género puede haber coincidencias argumentales y de estructura literaria  y por ahí sí que puede plantearse un posible caso de plagio.