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Hace unos días recibí este correo escrito en lengua catalana (que traduzco)

Buenos días Mireia,

soy una alumna del instituto XXXX y vengo a pedirte una cosa: de la lengua catalana nos han pedido buscar una persona que sea de un oficio de la lengua catalana, mi compañero y yo hemos elegido la lingüística forense y hemos podido encontrarte a ti a través del Google. Nos podías hacer el favor de una entrevista sobre tu trabajo, por favor? Estaríamos muy agradecidos.
Gracias por la atención,
Alumna de IES …..

Suelo ayudar a alumnos de IES en trabajos de investigación y no me importa. Sin embargo el mensaje me dio qué pensar y contesté:

Buenos días, ¿Cómo te llamas? ¿por qué habéis escogido este tema? ¿Qué finalidad tiene este trabajo? ¿Qué sabéis de la lingüística forense?

Su respuesta:

No, no, no me has entendido, la entrevista la hacemos nosotros y es muy corta

En la entrevista se me piden datos personales y profesionales entre otros detalles.

Mi respuesta es evidente:

Te contesto lo que quieras, pero dime ¿quién eres?

Y a continuación se presenta y, una vez realizadas las presentaciones, le explico que no se pueden ir enviando correos solicitando una entrevista si antes uno no se presenta y menos pidiendo datos personales!

Finalmente, esta alumna me agradece las respuestas  (la mayoría de las cuales están en LinkedIn) y se despide con amabilidad.

¿Qué nos diría la lingüística forense del autor de este correo?

Llaman varias cosas la atención:

  • el autor tutea al interlocutor que no conoce,
  • el autor se dirige al interlocutor por su nombre de pila,
  • el autor no se presenta,
  • el autor emplea un tono directo y un discurso sencillo pero correcto (no hay faltas de ortografía y la puntuación es adecuada)
  • el autor juzga al interlocutor de no haber entendido el mensaje,
  • el autor muestra utiliza formulas de cortesía: por favor, estaríamos muy agradecidos, gracias por la atención.
  • el autor desconoce cuestiones como la protección de datos,
  • el autor formula preguntas muy poco elaboradas (¿has tenido experiencias malas en tu trabajo, crees que tu trabajo es útil, te has arrepentido del trabajo?)

Sin lugar a dudas, el autor ha empleado correctamente las reglas gramaticales y sintácticas; por tanto ha redactado el mensaje sin precipitación pero con una falta mínima de educación o bien de experiencia previa para formular las preguntas; este contraste permite reafirmar la juventud del autor (encaja perfectamente con un alumno de 15 años , seguramente con buenas calificaciones).

Esta juventud se observa en esa posición altiva del adolescente que cree estar en posesión de la verdad  y juzga al otro de forma precipitada (no lo has entendido): es decir, el emisor responsabiliza al receptor de la falta de entendimiento; expresión que denota un tipo de violencia velada y sutil.

La juventud también se observa por la formulación de preguntas insulsas y sencillas cuyas respuestas también sencillas, dudo que ilustren un trabajo de investigación. Me quedo con las ganas de que esta alumna se vuelva a poner en contacto conmigo y reformule sus inquietudes.