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Pasear por la ciudad, siempre es una fuente de conocimiento, porque los grafitis están para aprender, al margen de si compartes o no el mensaje.

Veamos qué nos enseña este ejemplar:

  1. La selección del color, sí importa, porque el color lila está asociado al feminismo; de hecho, el mismo mensaje escrito en color rosa, no impactaría igual, porque actualmente este color está asociado al denominado Barbiecore y de feminismo -entiendo yo-, tiene poco.

FEMINISME DE BASE

FEMINISME DE CLASSE

 

2. Envase con escaso producto ; cuando queda poca pintura en el interior, el producto, en lugar de expandirse como un aerosol, se licúa y produce las rebabas o chorretones que vemos en los arranques en la firma de ARRAN.

 

3. Grafitero con experiencia. La persona que estampa el grafiti tiene mucha experiencia porque no le tiembla el pulso, mantiene el movimiento impulsor de forma homogénea, y conserva la distancia de 20cm. aproximadamente entre la mano y la pared. La correcta posición de la mano, los arranques realizados desde la zona inferior y el mantenimiento de la presión sobre la boquilla garantizan excelentes resultados.

 

4. La altura del grafitero. En el momento de estampar un grafiti, el sujeto se mantiene en paralelo a la pared y con el brazo y la mano alzada. Según su altura  y el lugar donde desea estampar el grafiti, el individuo alargará más o menos el brazo. En la imagen he señalado en color naranja la limitante superior y en color azul, la limitante inferior de la caja de escritura. Como puede comprobarse la primera es irregular porque las palabras sobresalen y el grafitero tiene dificultad para controlar la fuerza impulsora; sin embargo, la limitante inferior de la primera frase es la más regular y estable de las cuatro. Esto significa que el individuo se siente cómodo en esta posición; por esta razón, y teniendo en cuenta la altura total del grafiti, mi percepción es que el grafitero mide (sin calzado) 1,66 cm.