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“Juventud divino tesoro, ya te vas para no volver…”

O no…

Hay quienes se instalan en esa eterna infancia/juventud.

En procesos de selección de personal, los grafólogos detectamos muchos “peterpanes”; son sujetos que dan vidilla, simpatía y buen humor en los equipos de trabajo, aportan esa chispa de ingenuidad, imprudencia y osadía de los niños; también imaginación fantasiosa y una creatividad a veces tan original que puede ser muy lucrativa.

Sin embargo, este tipo de personas pueden desquebrajar la cohesión de un equipo, porque su comportamiento está asociado, muchas veces, a cierta inmadurez.

Por esta razón, en el informe hay que señalar algunas reacciones que deberá tener en cuenta el jefe de equipo para saber torear situaciones y sacar más partido de un candidato con mucho potencial, veamos algunas:

 Impaciencia.
 Reacciones desproporcionadas.
 No programarse bien el día.
 Actitud negativa ante los demás.
 Incapacidad para resolver los problemas solos.
 Inseguridad paralizante.
 Dificultad para elegir.
 No tener un sentido ajustado de la realidad, vivir de falsas ilusiones.
 Cambios de humor.
 Autojustificación constante.
 Huida del compromiso.
 Desconcierto ante las dificultades y adversidades.
 Individualismo.
 Carácter impositivo.
 Intolerancia.
 Susceptibilidad.

Como siempre y como nos pasa a todos, los puntos débiles se compensan con fortalezas y valores.