La primera impresión puede darnos la clave en el estudio de autenticidad de una firma, pero aparcando esa intuición vamos a considerar dos cuestiones:
- La presencia de un elemento discordante no implica siempre falsedad.
- La opinión del técnico -habitualmente el restaurador que ha intervenido en la limpieza de la obra- es esencial para las valoraciones del perito calígrafo.
Este especialista nos va a proporcionar unos datos sobre la peculiaridad del soporte y de la técnica ya que estos nos van a determinar la relevancia de un género gráfico con respecto a otro; por ejemplo, las ceras, con una prensión cercana del útil, van a favorecer un mayor apoyo y por tanto, un calibre grueso; la composición acuosa y muy ligera de la acuarela propicia un trazado rápido y la pastosidad del óleo favorece la lentitud.
De entrada podemos detectar firmas falsas cuando se tratan de firmas torpes o idénticas, e incluso aquellas en las que se percibe un desconocimiento de la firma auténtica.
La falsedad documental es muy evidente cuando nos encontramos firmas que son resultado de un calco o han sido repasadas a carboncillo.
La imagen que aparece en este artículo reproduce una firma supuestamente atribuida a Nonell, sin embargo, el autor de la firma desconoce el apellido catalán y firma Korell, empleando, además, unas mayúsculas inusuales en este artista. Hay que añadir que – como veremos en otro post- el tamaño tan desproporcionadamente pequeño de la firma, suele ser habitualmente indicio de falsedad.
En líneas generales son indicios de falsedad las siguientes características no habituales en un determinado pintor:
- Retoques o manchas anómalas.
- Eliminación y repinte.
- Formas hipo o hiper estructuradas.
- Detenciones, trazos trémulos o fraccionados.
- Inusuales levantamientos de útil.
- Irregularidades no habituales en la línea de base.
- Cambios de dirección no justificados.
Insisto que estos rasgos escriturales deben considerarse como indicios de falsedad siempre y cuando no sean habituales u ocasionales por el artista.
En muchos casos, la edad avanzada o una enfermedad motriz u ocular pueden alterar el desarrollo espontáneo de la firma; por esta razón es fundamental un análisis exhaustivo de la evolución escritural de la firma del artista analizado.