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No es lo mismo enlazar que atar.

El primero se me antoja sinónimo de conexión y empatía, el segundo de agarrar y privar de libertad. Eso es lo que tiene el lenguaje.

Si buscas en internet imágenes  de “lazo”, te salen lazos de colores rodeando un regalo y es que la escritura enlazada siempre ha tenido buena prensa: personas eficaces, con una puesta en marcha inmediata, enlazando pensamiento y actividad, aunque a veces concediendo poco tiempo a la reflexión.

Si buscas en internet imágenes de “nudo,” te salen nudos de todo tipo tanto para atar cosas, animales e incluso personas. Atar es agarrar con fuerza algo, y en el caso de personas es privar de libertad a otro. Por eso los nudos en la escritura, son más inusuales que los lazos. Veamos algunos casos.

Recientemente analicé una escritura de una persona zurda: tenía muchos lazos/nudos: y en este caso el significado es distinto: para un zurdo el gesto es más eficaz si es regresivo, gesto que se ve muy bien en esta imagen.

Pero es que además como cualquier lazo en la escritura, revela que se trata de una persona que le gusta atar y rematar asuntos, es decir, acabar las cosas hasta el final.

Una gran virtud.

Pero cuidado que la máxima virtud tiene su espejo en su contrario: y lo que puede ser virtud acaba siendo un defecto.

De ahí que una escritura excesivamente ligada y atada es un rasgo de personalidad obsesiva-compulsiva.

El sujeto tiene sus ritos y sus maneras de hacer, no lo puede evitar, como en esta escritura que además de lazos innecesarios, añade escritura hiperligada, puntos de i grandes, inflados y curva anillada.