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Cuando uno camina por la arena de la playa deja sus huellas.

Según la profundidad de la huella se puede deducir si la persona es más delgada o más gruesa y según el tipo de apoyo se puede deducir si la persona corría o andaba despacio.

Y es que siendo la arena la misma, cada uno deja su propia marca.

En la escritura sucede lo mismo. Estas imágenes pertenecen a unas cartas de motivación en un proceso de selección de personal; a ambos candidatos se les proporcionó el mismo bolígrafo Bic Crystal y 2 folios en blanco.

Ambas escrituras son ligeras, ya que en el reverso del papel apenas se detecta el cabalón típico de quien escribe apoyando mucho el útil.

La diferencia entre ambas muestras es la calidad del trazo.

La primera imagen corresponde a un trazo NETO, con bordes cerrados, limpio, regular y tendente a rápido.

La segunda imagen corresponde a un trato PASTOSO, con bordes abiertos, sucio, irregular y lento.

 

El trazo neto es propio de personas con un perfil intelectual, introvertido y técnico, mientras que el segundo se corresponden a personas más receptivas, sensibles y expresivas.

Quizás el primero pudiera tacharse de excesivamente frío e insensible, y el segundo demasiado emocional  y dependiente.

¿Qué candidato seleccionar?

Aquel que se adecúe mejor al perfil solicitado por el cliente y sobre todo aquel compatible con el equipo de trabajo y su jefe directo, porque en un equipo muy técnico, silencioso y compacto, habitualmente  una persona con trazo muy pastoso y poroso -como el de la imagen- no se sentirá comprendida y le resultará muy costosa la colaboración con los otros miembros del grupo.