De nuevo a las andadas.
La adolescencia es una etapa complicada.
Ya lo dice la etimología de la palabra: adolesco: crecer, adquirir vigor y robustecerse.
Este verbo dio lugar a una acepción muy concreta, porque ya sabemos que lo que se desarrolla es porque carece de algo, de ahí el derivado en español: el verbo adolecer.
Uno de los rasgos más propios del adolescente es la manera cómo lidia con su entorno y cómo se integra en su grupo. Veamos alguna de estas maneras:
1.- Aislamiento del entorno, por temor, incapacidad o inseguridad.
2.- Adoptando una imagen que no se corresponde con el yo íntimo. Esta postura camaleónica se revela en la escritura con un modelo escritural disfraz o escritura máscara. La mayúscula es un buen recurso para esconder o disimular la disgrafía.
3.- Ansiedad. Sobre este tema ya hemos hablado en otras ocasiones. La forma de esta escritura es muy alarmante, aunque sea un placer a la vista del profesor que, por fin, se encuentra con una letra legible.